domingo, 17 de abril de 2011

Pedro Albizu Campos

(Ponce, Puerto Rico, 1893 - San Juan, 1965) Patriota y político puertorriqueño que fue la figura más relevante en la lucha por la independencia de Puerto Rico durante la primera mitad del siglo XX. Formado en las universidades norteamericanas de Vermont y Harvard, Albizu Campos comenzó a interesarse por los asuntos políticos durante su estancia en Estados Unidos.

Allí formó parte del Cosmopolitan Club, dirigió movimientos en favor de la independencia de Irlanda y la India y creó y presidió los Caballeros de Colón, organización que agrupaba a estudiantes hispanoamericanos. Se enroló como voluntario en el ejército en los años de la I Guerra Mundial, aunque no llegó a ser enviado al frente europeo. Graduado en Ingeniería Química y Filosofía y Letras, rechazó varios puestos en el servicio diplomático y en el Tribunal Supremo estadounidense, para regresar a Puerto Rico y completar en su universidad la carrera de Derecho (1921).

Ese mismo año ingresó en el Partido Unión de Puerto Rico, de carácter independentista, pero lo abandonó al poco tiempo para unirse al recién creado Partido Nacionalista de José Coll y Cuchí, del que Albizu fue nombrado primer vicepresidente en 1925. Bajo su influencia dicho partido abogó por una lucha activa en favor de la independencia de Puerto Rico, pero las dificultades eran muchas y Albizu se vio obligado a enviar a su familia al Perú (país natal de su esposa Laura Meneses), vender todas sus propiedades e iniciar un largo periplo de casi tres años que le llevó por las Antillas, América Central, México y Venezuela para dar a conocer y recabar apoyos a su causa, así como para fomentar la solidaridad política entre los países latinoamericanos.
En 1927 fundó en Cuba la Junta Nacional Pro Independencia de Puerto Rico y en 1930 regresó finalmente a la isla junto a su familia dispuesto a liderar de manera activa el movimiento independentista. Ese mismo año fue nombrado presidente del Partido Nacionalista, al que orientó hacia la lucha revolucionaria como medio para alcanzar sus objetivos; predicó el retraimiento en las elecciones por considerarlo un mecanismo al servicio del opresor.
En 1933 dirigió con éxito una huelga contra las empresas que ostentaban el monopolio eléctrico de la isla, Puerto Rico Railway y Light and Power Company, y al año siguiente hizo lo propio frente a los intereses de las compañías azucareras. El recrudecimiento de las actividades del partido motivaron la respuesta violenta por parte de las autoridades, con episodios como la "Masacre de Río Piedras" dirigida por el jefe de policía Francis Riggs en octubre de 1935 o el asesinato de Hiram Rosado y Elías Beauchamp, y finalmente la desarticulación total del movimiento con el propio encarcelamiento de Albizu junto al de los principales líderes independentistas en la cárcel de la Princesa en 1936.

Juzgado y condenado a diez años de prisión por el delito de sedición, fue trasladado a la cárcel federal de Atlanta. En 1943 enfermó gravemente y tuvo que ser ingresado en el Hospital Columbus de Nueva York, centro en el que permaneció hasta casi el final de la condena. Regresó a su tierra natal en 1947.
El atentado de un grupo independentista el 1 de noviembre de 1950 contra la Casa Blair de Washington (residencia en ese momento del presidente Harry Truman, por hallarse la Casa Blanca en obras) le llevó nuevamente a prisión. Durante esta segunda condena, como experimento o con el simple propósito de causarle la muerte, fue expuesto a radiaciones radioactivas que mermaron seriamente su salud. El gobernador Luis Muñoz le concedió el indulto en 1953; Albizu lo rechazó y fue expulsado de la cárcel. El indulto le fue revocado tras otro atentado nacionalista en el Congreso estadounidense en marzo de 1954.
En marzo de 1956 sufrió un ataque cerebral que le paralizó el lado derecho y le dejó sin habla, a pesar de los cual no recibió asistencia médica hasta pasados cinco días. En 1964, pocos meses antes de su muerte, recibió el indulto definitivo. El traslado de su féretro al cementerio de San Juan se convirtió en una ceremonia de homenaje por parte de miles de compatriotas. Admirado por muchos que lo consideran un héroe nacional y denostado por algunos otros debido al empleo de métodos violentos para conseguir sus objetivos. Albizu Campos fue uno de los lideres más dedicados a la independencia de nuestro país. Fuente:Biografías y vidas.

miércoles, 13 de abril de 2011

La intentona de Yauco donde participó el sabaneño Fidel Vélez Vélez

Intentona de Yauco

Durante la intentona de Yauco la actual Bandera de Puerto Rico fue trasladado en avión por primera vez en Puerto Rico.

La intentona de Yauco también conocido como el "intento de golpe de Yauco" de 1897, fue la última gran revuelta y el segundo contra el dominio colonial español en Puerto Rico.
En 1896, un grupo de "Yaucanos" (como los nativos de Yauco se conocen) que creían en la independencia total de Puerto Rico se unieron a las fuerzas rebeldes y se reunieron en el Barrio Barinas de Yauco, donde se hicieron planes para derrocar al gobierno. El grupo fue dirigido por Antonio Mattei Lluberas , propietario de una plantación de café y Mateo mercado. En diciembre de ese año, el local de la Guardia Civil descubrió sus planes y procedieron a detener a todos los participantes que, además de Mercado y Mattei LLuberas, incluido Darío y Franchesi Carlos y Emiliano Lavergue, sin embargo, fueron puestos en libertad pronto y volvieron a sus respectivos hogares.
En 1897, Mattei Lluberas habia visitado el Comité Revolucionario de Puerto Rico en Nueva York. De acuerdo con el plan, Mattei Lluberas había comprado 30.000 machetes que iban a ser distribuidos entre los rebeldes. Mattei Lluberas regresó a Puerto Rico con una bandera de Puerto Rico y comenzó a seguir adelante con los planes de la rebelión con su grupo. Los hermanos Budet Rivera establecieron un campo de entrenamiento de insurgentes en la finca de Guillermo Velazco. Gerardo Bosque Vélez y Agustín F. Morales (él mismo un general del Ejército de la República Dominicana ), fueron los encargados de la propaganda y viajaron por toda la isla buscando el apoyo del público para su causa. Tomás Estrada Palma, ofreció una contribución de 500 fusiles con medio millón de rondas de municiones y su compañero ofreció un barco de vapor con una fuerza invasora de 20 hombres, cuando el alcalde de Yauco Francisco Lluch Barreras escucho los rumores del levantamiento planeado, sin demora llevó el mensaje al General Sabas Marín González, el gobernador de la isla.
Cuando Fidel Vélez se enteró de que las autoridades españolas sabían de sus planes de inmediato sostuvieron una reunión con Mattei lluberas y los otros líderes. Ante el temor de que todos ellos pronto serían detenidos, exigió que la insurrección se comenzara de inmediato y no en diciembre. En el debate siguió, los otros líderes no estaban de acuerdo con él, por temor a que la acción a prisa conduciría a la desastrosa mismos resultados de El Grito de Lares.
El 24 de marzo de 1897, Fidel Vélez y sus hombres, que incluía a José "Aguila Blanca" Román Maldonado , se reunieron en Susúa Arriba, en las afueras de Yauco. Se desplegó la bandera de Puerto Rico y marchó hacia la ciudad. Planeaban atacar el cuartel de la Guardia Civil española con el objetivo de hacerse con el control de las armas y municiones que se almacenaban allí. El plan no tuvo éxito porque cuando llegaron, fueron emboscados por las fuerzas españolas que había establecido posiciones y estaban esperando por ellos. Un tiroteo se produjo a la llegada del grupo y los rebeldes se retiraron rápidamente. El 26 de marzo, otro grupo encabezado por José Nicolás Quiñones Torres y Torres Ramón trató de combatir a los españoles en un barrio llamado "Quebradas" de Yauco, sin embargo, esta rebelión también fracasó. Más de 150 rebeldes fueron detenidos, acusados de diversos delitos contra la el Estado y enviado a prisión en la ciudad de Ponce . Vélez huyó a San Thomas , donde vivió en el exilio, mientras que Mattei Lluberas se exilió en Nueva York y se unió a un grupo conocido como el La Comicion de Puerto Rico.
En diciembre de 1897,a los que participaron en la intentona de Yauco se les concedió el indulto y fueron liberados de la cárcel.
Fidel Vélez, regresó a Sabana Grande, su ciudad natal y vivió allí hasta 1950, cuando murió de causas naturales a la edad de 86 años.
Por: Wilfredo Alicea Burbon

¿Por qué soy independentista?

Se me pregunta por qué soy independentista. En realidad, si las cosas y la conducta humana fueran como tienen que ser, no habría que preguntarlo, porque la independencia de una nación -y hablo de mi nación que es Puerto Rico- es equivalente a la libertad personal. Así como no hay persona si no hay libertad, tampoco hay verdadera nación con personalidad jurídica sin soberanía. La libertad, la soberanía, es decir: el derecho indiscutible, inalienable de un pueblo a asumir la responsabilidad de su destino, a tomar sus propias decisiones, es no sólo una cuestión de derecho, sino el signo de que ese pueblo ha alcanzado la mayoría de edad, la madurez moral y civíl. Puerto Rico es una colonia; de eso no cabe la menor duda: los puertorriqueños que lo niegan están engañados, confundidos o sencillamente, y por desgracia, quieren estarlo. La libertad, la soberanía es también una necesidad moral, una cuestión de honor; porque sin libertad, sin responsabilidad no hay virtud verdadera y el honor es fruto de la virtud.
Soy independentista porque quiero para mi nación, para mi patria, que son una sola y misma cosa, ese derecho, esa responsabilidad, esa madurez civíl, ese honor, esa plenitud ontológica que sólo se dan en la libertad, en el disfrute y ejercicio total de la soberanía. He sido independentista desde el mismo momento en que por primera vez cobré conciencia de ser y existir, en que me sentí parte de mi pueblo puertorriqueño, solidaria con su historia, su cultura propia y comprometida con su destino. Soy fundadora del Partido Independentista. Estoy convencida de que los independentistas somos los que decimos la verdad al pueblo, los que defendemos la justicia y el derecho, los que tenemos la razón y esto no es sólo pasión -aunque la hay y no tengo porqué negarlo siendo una persona y no un robot- sino reflexión intelectual, conocimiento, lectura y experiencia de haber vivido mis ya largos años de vida atenta al curso y vicisitudes de la historia de mi pueblo que tanto me atañe y me importa.
Pero hay más: Puerto Rico no sólo es una colonia; es también un país subdesarrollado y hoy, más que nunca, depende de los Estados Unidos, el más poderoso de los imperios capitalistas modernos y, también, el más implacable.
Compartimos la misma suerte de los países del tercer mundo y de nuestros hermanos, los pueblos del Caribe y de Hispanoamérica. Nuestro problema más urgente y grave es liberarnos políticamente y de la dependencia económica y cultural. Sólo de ese modo será posible el progreso auténtico de nuestro pueblo; no ese falso progreso que beneficia a nuestros explotadores y remacha cada minuto las cadenas de esa dependencia. Por eso también pertenezco al Partido Independentista Puertorriqueño, porque su programa socialista democrático garantiza el único instrumento real, eficaz y verdadero para nuestra liberación de la colonia, del subdesarrollo y de la dependencia y la salvaguarda de nuestra identidad nacional y de nuestra propia cultura. FUENTE: independencia.net

¿Qué es la independencia?

La independencia significa, para los países, lo que para las personas adultas significa mandarse en su propia casa. Es la forma que prácticamente todos los pueblos del mundo han escogido para gobernarse a sí mismos y ser dueños de su propio destino. La independencia nos capacita para interactuar con el resto del mundo, con personalidad propia, a base de decisiones tomadas por nosotros mismos y no por un gobierno extranjero, o sin tener que pedir permiso.
La independencia es el derecho de nuestro pueblo a mandarse en su propia tierra mediante un gobierno plenamente democrático que proteja los derechos humanos y afirme nuestra nacionalidad e idioma. Es el disfrute de todos los poderes y atributos de la soberanía que son necesarios para lograr mayor desarrollo y prosperidad, incluyendo los poderes para proteger y estimular nuestra industria, agricultura y comercio, controlar la inmigración y negociar acuerdos internacionales que amplíen mercados y promuevan inversiones de otros países.
Puerto Rico debe convertirse en una república soberana, es decir, que debe tener autoridad plena sobre su territorio nacional y sobre sus relaciones internacionales, sin intervención extranjera, y sujeta únicamente a su propia constitución, la cual proveerá para un sistema de gobierno republicano y garantizará la vigencia de los derechos humanos. Naturalmente, los puertorriqueños y puertorriqueñas seremos ciudadanos de la república de Puerto Rico, aunque la ciudadanía americana que se nos impuso la deben poder mantener aquellas personas que interesen retenerla.
En términos económicos, será conveniente, tanto para Puerto Rico como para los Estados Unidos, acordar un tratado de amistad y cooperación entre ambos países que provea un proceso de transición para transformar la economía de dependencia a una de producción y trabajo. Por supuesto, los Estados Unidos vendrán obligados a honrar los derechos adquiridos por las personas en Puerto Rico por aportaciones hechas o servicios brindados a los Estados Unidos antes de la proclama de la independencia. El tratado también contemplará el libre comercio entre ambos países como en la actualidad, y el libre tránsito de personas en una y otra dirección, como ha sido el caso hasta el presente. FUENTE: independencia.net

domingo, 10 de abril de 2011

Breve Historia del PIP

Las raíces del Partido Independentista Puertorriqueño hay que buscarlas, ante todo, en las ansias de libertad de nuestro pueblo, manifestadas de diferentes modos a través de toda su historia; desde Agüeybaná el Bravo, pasando por las revueltas de esclavos, hasta el Grito de Lares y, más tarde, en las tres tendencias que distinguen el independentismo puertorriqueño durante la primera mitad del siglo 20.
La primera, la unión de la lucha por la libertad política con la lucha por la justicia social, se encarna en el Partido de la Independencia, fundado en el 1912 por Rosendo Matienzo Cintrón y Eugenio Benítez Castaño.
La segunda, la visión de la necesidad de un partido fuerte, grande y organizado, la tendencia al partido de masas, lo representó José de Diego y Martínez. El patriota aguadillano unió a los independentistas en un partido, el Partido Unión, que también agrupaba otras tendencias.
La tercera, la del partido concientizado y concientizador, solamente independentista, la representó y dirigió, en el Partido Nacionalista, don Pedro Albizu Campos.
Estas tendencias, vitales todas ellas a un movimiento verdaderamente libertador, se manifestaron aisladas durante los primeros años de este siglo. Le tocó a la visión y el valor patriótico de don Gilberto Concepción de Gracia el captar el momento histórico para dar vida al Partido que las uniría para ser el instrumento adecuado para la liberación de nuestra Patria: El Partido Independentista Puertorriqueño.
Fuente: independencia.net

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Juan Dalmau en El Debate

Vea al Secretario General del PIP, Juan Dalmau, a partir de hoy todos los domingos a las 10:00 p.m. por el canal 6 en el programa "El Debate".